WHAT'S NEW?

Fobia escolar, un testimonio personal.

Hola,

El tema que me ocupa hoy es más bien serio, así que no habrá bromas, ni fotos o dibujos graciosos (al menos no demasiados ;) ) a los que suelo recurrir para que no os sea pesado de leer. Esto es para quien realmente tenga interés en esta patología.

Más de uno se preguntará por qué lo hago... La intención de escribir una parte pequeñita de mi historia es dar apoyo a todas esas personas, principalmente padres (puesto que los niños no tienen acceso o conocimiento para buscar información), que se dan cuenta de que sus hijos no están bien, no quieren ir al cole pero no es algo que se podría considerar "normal" y no saben qué hacer.

El principio de un problema

Esta historia empieza a la tierna edad de 10 años. Siempre he sido una chica responsable (hay quien piensa que demasiado) a la vez que excesivamente exigente, sobre todo conmigo misma. Como en todo, los extremos son malos y la exigencia desmesurada no puede traer nada bueno, prueba de ello lo que os cuento hoy.

Con esa edad la carga de deberes comenzó a ser muy muy alta, tan alta que al ver que no me daba tiempo a hacerlo todo (no hace falta decir que para mí era impensable ir a clase sin los deberes hechos) comencé a sufrir una ansiedad nada propia de una niña de esa edad. 

Algunos estaréis pensando que era una exagerada (y los que me conocéis sabéis que lo soy :P); sin embargo, no fue una percepción solo mía, algunas de mis compañeras de clase, tan trabajadoras como yo, lo estaban pasando realmente mal también, solo que yo tuve la mala fortuna de que el problema se convirtiera en problemón.

Llegó un día en el que me fue imposible entrar al colegio. Cuando entraba me ponía a llorar de manera incontrolada y llegaba a tener náuseas y malestar. Realmente me sentía enferma, sin entender el motivo. Yo, que siempre había adorado ir al cole y aprender, no podía, lo cual me llevó tiempo después además a un estado depresivo.
Los peores momentos eran los previos a la hora de ir a clase: los domingos por la tarde, las tardes-noches entre semana y las mañanas al levantarse. Eran una tortura y solo desaparecían si no iba al cole.


La solución

Obviamente mi familia no entendía lo que pasaba porque yo tampoco supe explicarlo. Pero bien es sabido que los padres hacen lo que sea por sus hijos y gracias a que removieron cielo y tierra, me recuperé. Empecé un tratamiento farmacológico a la vez que hacía terapia con un psiquiatra fantástico.

*Aquí quiero hacer 2 aclaraciones/llamamientos:

- Ya vale de tener miedo a decir PSIQUIATRA. Es un médico que trata patologías mentales, no hay que relacionarlo con locos. Yo estaba enferma, pero perfectamente cuerda (dentro de mis límites, ya se sabe que las mujeres estamos un poco locas a veces ;) )
Si me estás leyendo y tienes o conoces a alguien que tiene una enfermedad mental como una depresión, lo mejor que puedes hacer o aconsejar es ir al psiquiatra porque SIN TERAPIA NO HAY CURA. Las pastillas son una ayuda, no una solución.

- Hay que saber elegir bien al profesional que te trate, si es recomendado por alguien, mejor. Yo tuve la mala suerte de recurrir primero a un mal profesional que me hizo esconder el problema durante 1 año y éste resurgió con más fuerza a los 12.

El camino no fue fácil, pero gracias a la compresión del que fue mi tutor en sexto de primaria (no sabe el cariño que le guardaré siempre por ello), fui volviendo poco a poco a integrarme al colegio. He leído por ahí documentación que indica que lo que tienen que hacer los padres es obligar al niño a ir al colegio de "manera comprensiva". Si se trata de esta fobia, eso es lo peor que puedes hacer.

Yo me reintroduje gradualmente. Primero por las tardes (que eran mucho mejor que las mañanas en cuanto a estado anímico) e iba a hacer exámenes con mi profe de asignaturas que me gustaban: mate, inglés...; ayudaba en un taller en el que me dedicaba a pintar (siempre es mejor hacer cosas agradables para sobrellevar el miedo) y al final conseguí entrar a clase y hacer la jornada entera junto a mis compañeros pocas semanas después. Es  posible que os preguntéis si eso repercutió en mi ritmo escolar. Está mal que yo lo diga, pero tenía unas notas tan buenas y tan buenas aptitudes que pasé de curso sin problemas y no lo noté en el siguiente.

Después de esos primeros meses de prueba ya me sentía bien en clase pero el tratamiento debía continuar. Gracias a la terapia, basada sencillamente en hablar con mi psiquiatra, pude dejar el apoyo farmacológico y con 14 años estaba perfectamente curada :)

No hace falta explicar por qué los niños con este problema no se espera que pasen de la ESO ¿no? Y sin embargo, paradójicamente, los chavales que lo suelen sufrir son gente con buenas capacidades...
Por eso se lo debo todo a mis padres y a mi profe de sexto. Sin ellos hoy no tendría carrera, máster y en camino de una tesis, me dieron la vida por segunda vez porque yo a los 10-11 ya sabía que quería ser científica y sin ellos habría sido incapaz de estar tan cerca ya de serlo.

Para los que tienen un niño con este problema

Según mi experiencia, lo peor de vivir algo así es la incompresión. Te embarga una sensación de soledad extrema porque odias lo que te pasa, te odias a tí mismo porque piensas que eres débil respecto al resto y, aunque tu entorno te da todo el cariño del mundo, ellos no te entienden.

Si tienes este problema (u otro de esta índole) lo mejor que puedes hacer es acudir a un buen profesional y, en este caso, hablar con los maestros, siempre es imprescindible colaboración padres-profes.




Para terminar, lector, espero que esto te sirva de ayuda o que como mínimo te haga ser un poco más abierto de miras respecto a estos temas, los sufre más gente de lo que piensas.

Un beso.

8 comentarios: Leave Your Comments

  1. Terapia con un psiquiatra? Querrás decir que la medicacion ayuda pero hay que ir a un psicólogo...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, a mí me ayudó un psiquiatra durante todo el proceso.
      A lo mejor si no hay asociado ningún estado depresivo, con la ayuda de un psicólogo se puede superar, pero yo cuento mi experiencia y a mí me ayudó un psiquiatra.

      Eliminar
    2. Hay gente que piensa que los psiquiatras solo valen para repartir pastillas

      Eliminar
    3. Cierto, y probablemente si no es bueno, sea así. La cuestión es encontrar un buen profesional, bien sea psicólogo o psiquiatra. Por eso no quiero ponerme a favor de un colectivo concreto, sino en pro de los buenos profesionales de la salud mental ;)

      Eliminar
  2. Hola! Yo estoy pasando este doloroso episodio en la vida de mi hija, ella sólo tiene 6 años y me siento con un poco de tranquilidad de encontrar a alguien que a pasado por lo mismo y saber que puede ser pasajero... Esta mi hija en terapia y con un psiquiatra pero la verdad no han ayudado mucho... Espero que esto pase lo más pronto posible....mami desesperada!!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Regina,

      Muchas gracias por comentar en este post tan especial para mi. Ha merecido la pena escribirlo solo por saber que a ti te haya servido, aunque solo sea como inyección moral.
      Desde aquí transmitirte todo mi apoyo y ánimo. El camino es largo y hay que ser paciente porque es costoso y los pasitos son cortos, pero si ves que no avanza te aconsejo que valores cambiar de especialista y si puede ser con referencias y tiene experiencia en niños, mejor. Como has podido leer, en mi caso acertamos con el segundo...

      No puedo decirte mucho más, solo que no desesperes porque en las manos adecuadas se supera.

      Un beso enorme tanto para ti como para tu pequeña y mis mayores deseos de que este mal trago pase lo antes posible.

      Eliminar
  3. Mi hija de 12 años tiene fobia escolar.No he perdido tiempo,probamos dos sicologas y a la tercera acertamos.El instituto colabora maravillosamente.Esperamos pronto pueda sentirse mejor.Muchas gracias por tu historia,como madre me ha ayudado a ver un futuro ,que con cariño ,conseguiremos que tenga.��

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Marta,

      Muchas gracias a tí por darle sentido a exponer mi historia. Con mucha paciencia y cariño, como tú bien dices, tu hija se recuperará sin problemas. Es costoso pero cada pequeño paso es una inyección de ánimo y aunque haya alguna vez que se retroceda, será para coger impulso y dar el paso con más fuerza y seguridad.

      Transmitirte toda la fuerza posible y mis mejores deseos para que se recupere muy muy pronto. En cuanto lo deje atrás, será una persona mucho más fuerte.

      Un fuerte abrazo.

      Eliminar